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sábado, 27 de julio de 2019

La mano de Fátima

En 1568, en el valles y montes de las Alpujarras, ha estallado el grito de la rebelión: hartos de injusticias, expolio y humillaciones, los moriscos se enfrentan a los cristianos e inician una desigual pugna que sólo puede terminar con su derrota y dispersión por todo el reino de Castilla. Entre los sublevados se encuentra el joven Hernando. Hijo de una morisca y el sacerdote que la violó, es rechazado por los moriscos, debido a su origen, y por los cristianos, por la cultura y costumbres de su familia. Durante la insurrección conoce la brutalidad y crueldad de unos y otros, pero también encuentra el amor en la figura de la valerosa Fátima, la de los grandes ojos negros. A partir de la derrota, forzado a vivir en Córdoba y en medio de las dificultades de la existencia cotidiana, todas sus fuerzas se concentrarán en lograr que su cultura y religión, las de los vencidos, recuperen la dignidad y el papel que merecen.

"Después de haber leído La catedral del mar, la expectativa que tenía con La mano de Fátima era alta. Ambientada en la España del siglo XVI, durante la rebelión de los moriscos en las Alpujarras, la novela aparentemente, prometía un relato épico de conflictos culturales y religiosos, sin embargo, su lectura me ha resultado decepcionante.
La trama sigue a Hernando, un joven morisco atrapado entre dos mundos y dos religiones que lucha por encontrar su lugar en una sociedad que lo rechaza tanto por su origen como por su fe. Aunque el marco histórico es fascinante y Falcones demuestra su habilidad para recrear épocas pasadas con gran detalle, la historia carece del ritmo y la fluidez que caracterizaban a La catedral del mar.
En muchos momentos me ha resultado espesa, cargada de detalles que, en lugar de enriquecer la narrativa, la ralentizan, haciendo que su lectura resulte tediosa. Las casi mil páginas del libro se sienten excesivas, con tramas que se extienden más allá de lo necesario, y personajes que, aunque bien construidos, no logran captar la empatía.
La riqueza histórica y la minuciosidad con la que Falcones describe la vida de los moriscos son, sin duda, dignas de admiración, pero la novela falla en mantener el interés a lo largo de todas sus páginas. Los momentos de acción y drama quedan sepultados bajo un exceso de descripciones y subtramas que, aunque relevantes para el contexto histórico, diluyen la tensión narrativa.
Una novela ambiciosa en su propuesta pero que no logra estar a la altura de las expectativas generadas por el libro anteriormente leído, resultándome decepcionante, y en algunos tramos, difícil de digerir. Aunque Falcones sigue siendo un gran narrador, en esta ocasión, la historia se pierde en su propia complejidad".

2009






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