Momentos antes de que empiece la pomposa celebración de su centésimo cumpleaños, Allan Karlsson decide que nada de eso va con él. Vestido con su mejor traje y unas pantuflas, se encarama a una ventana y se fuga de la residencia de ancianos en la que vive, dejando plantados al alcalde y a la prensa local. Sin saber adónde ir, se encamina a la estación de autobuses, el único sitio donde es posible pasar desapercibido. Allí, mientras espera la llegada del primer autobús, un joven le pide que vigile su maleta, con la mala fortuna de que el autobús llega antes de que el joven regrese y Allan, sin pensarlo dos veces, se sube con la maleta, ignorante de que en el interior de ésta se apilan, millones de coronas de dudosa procedencia. Pero Allan Karlsson no es un abuelo fácil de amilanar. A lo largo de su centenaria vida ha tenido un montón de experiencias de lo más singulares: desde inverosímiles encuentros con personajes como Franco, Stalin o Churchill, hasta amistades comprometedoras como la esposa de Mao, pasando por actividades de alto riesgo como ser agente de la CIA o ayudar a Oppenheimer a crear la bomba atómica. Sin embargo, esta vez, en su enésima aventura, cuando creía que con su jubilación había llegado la tranquilidad, está a punto de poner todo el país patas arriba.
"Cuando empecé a leer El abuelo que saltó por la ventana y se largó de Jonas Jonasson, no estaba segura de lo que me iba a encontrar. La historia, que gira en torno a Allan Karlsson, un hombre de cien años que decide escapar de su residencia de ancianos el día de su cumpleaños, me pareció curiosa pero algo absurda. Sin embargo, fue precisamente ese humor absurdo lo que terminó atrapándome por completo y hasta que no entendí el humor de Jonasson, no empecé a disfrutar realmente de la novela, pero una vez que conecté con él, no podía dejar de leerlo sin una sonrisa en los labios.
Lo que hace que este libro sea tan especial es cómo Jonasson mezcla la aventura del presente con una versión alternativa y desenfadada de la historia mundial. A través de los ojos de Allan, nos encontramos con momentos clave del siglo XX, desde reuniones con Stalin hasta encuentros improbables con Einstein, todo contado con un inteligente y delirante humor de lo absurdo. Este enfoque no solo es entretenido, sino también refrescante... es como si el autor nos invitara a reírnos de la seriedad con la que a veces miramos los eventos históricos.
Cada vez que cerraba el libro, las carcajadas salían sin poder controlarlas. Las peripecias de Allan y su grupo de compañeros de viaje, que incluyen desde un vendedor de salchichas hasta un elefante, son tan disparatadas que no puedes evitar sentirte contagiada por su espíritu. Realmente esta novela es un canto a la positividad, una celebración de la vida sin importar la edad ni las circunstancias.
Lo mejor de esta novela es su ritmo. La narrativa es inteligente, divertida y rápida, lo que hace que sea muy difícil soltarlo. Jonasson tiene una habilidad especial para mantenerte enganchada, llevando la historia de un extremo al otro con total naturalidad. Cada página está llena de giros inesperados y situaciones tan inverosímiles como encantadoras.
Si buscas un libro que te haga reír, pensar y disfrutar a partes iguales, El abuelo que saltó por la ventana y se largó es 100% recomendable. Es una novela que, con su mezcla de humor, aventuras y reflexiones, te deja con ganas de más. Allan Karlsson no solo se escapa de su residencia, también logra escaparse al corazón de los lectores".
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