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jueves, 15 de agosto de 2024

84, Charing Cross Road


En octubre de 1949, Helene Hanff, una joven escritora desconocida, envía una carta desde Nueva York a Marks & Co., la librería situada en el 84 de Charing Cross Road, en Londres. Apasionada, maniática, extravagante y muchas veces sin un duro, la señorita Hanff le reclama al librero Frank Doel volúmenes poco menos que inencontrables que apaciguarán su insaciable sed de descubrimientos. Veinte años más tarde, continúan escribiéndose, y la familiaridad se ha convertido en una intimidad casi amorosa. Esta correspondencia evoca el lugar que ocupan en nuestras vidas los libros... y las librerías.

"84, Charing Cross Road de Helene Hanff es un libro que, a primera vista prometía ser una joya para cualquier amante de la literatura y los libros antiguos. La premisa de una correspondencia de dos décadas entre una escritora neoyorquina y un librero londinense auguraba una lectura llena de encanto y una conexión a través de sus páginas, sin embargo, al empezar con su lectura, me encontré con una experiencia que, lejos de cautivarme, resultó tediosa y carente de la magia que me esperaba.
El formato epistolar, que en teoría debería haber aportado dinamismo y frescura, terminó por volverse monótono y, las cartas, aunque llenas de cortesía y referencias literarias, carecen de la profundidad emocional necesaria para mantener el interés a lo largo de las páginas. La relación entre Helene Hanff y Frank Doel, que algunas personas consideran entrañable, me pareció distante y demasiado formal para generar empatía y a medida que avanzaba en la lectura, esperaba un giro, una chispa, algo que justificará el éxito y las críticas positivas que ha recibido este libro... pero nunca lo encontré.
Además, la reiteración de temas, como las dificultades para encontrar ciertos libros, las inevitables demoras en la correspondencia transatlántica y las amables pero escasas conversaciones sobre la vida cotidiana, contribuyen a la sensación de estar leyendo lo mismo una y otra vez, sin un verdadero desarrollo narrativo o emocional, y la aparente devoción de Hanff pro la literatura británica y su admiración por los clásicos tampoco logra trascender en un relato que, en el fondo, parece más un intercambio de favores y gentilezas que una verdadera amistad.
El libro ha sido aclamado a lo largo de lo años desde su publicación, pero personalmente, no conseguí conectar con él y su lectura se ha vuelto para mí en un ejercicio de paciencia, más que de placer, dejándome indiferente.
Tal vez esperaba más de una historia que ha sido tan elogiada, o quizás simplemente no logré encontrar en estas páginas la profundidad y la pasión por los libros que otras personas han visto. Sea como sea, me ha resultado un libro plano y reiterativo, que no logra sostener el peso de su reputación".

1970






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