Año 2123. Hace tiempo que el amor ya no existe. Tampoco existen las novelas ni los libros de papel, retirados de todas las bibliotecas del mundo y reconvertidos en leña y madera para muebles. Pero si alguien quisiera saber qué fue el amor, alcanza con encontrar el ejemplo preciso. Para eso existe una modalidad nueva de memoria llamada literatura de reunión, por la que un compilador ha podido rescatar la locura de a dos que vivieron en secreto la editora Ana Quiroga y el poeta Antonio Castillo durante el siglo XXI.
El archivo en bruto de los mensajes entre ambos (textos, audios, fotos, videos) ganó en 2092 el Festival de Artes Puros de Berlín, y fue exhibido en el Nuevo Park Güell-Xionami de Barcelona en 2093. Además de inspirar Otra novela de amor (2023), un libro de vida real, según su autor Julián Basualdo.
Para Ana Quiroga y Antonio Castillo la reincidencia es un arte, el tiempo un río que se puede detener a cuatro manos y el amor un viaje fulminante hacia lo imposible realizado. En ese trance de megalomanía y desesperación infantil, lo único que sienten los enamorados es el poder de vivir en el mundo que inventaron. Un mundo que no puede ser más real, ni más platónico. Así, el rescate de la historia de es esta pareja es, además de una imagen de las relaciones amorosas, un recorrido por el deseo, la mentira, el miedo y los vestigios que quedarán de nosotros en el futuro.
"Amor ha sido una lectura, llamemosle... curiosa. El propio autor —dentro de esta estructura de novela que contiene otra novela— insiste en que no es una historia de amor, sino de enamorados y quizás ahí está la clave, que no es un libro que pretenda agradar al lector, sino incomodarlo, abrir grietas y obligarte a cuestionarte lo que lees a cada página.
Tengo que reconocer que me sorprendió muchísimo... a veces para bien, otras para mal. No tenía ni idea de lo que me iba a encontrar y aun así no acerté en nada de lo que imaginaba. La estructura es original, muy distinta a lo habitual y tiene momentos poéticos, frases que te detienen, reflexiones que te obligan a volver atrás y esta parte si que la disfruté mucho.
Pero también es un libro irregular ya que a partir de la mitad, la historia empieza a repetirse, a dar vueltas sobre sí misma y esa frescura inicial se vuelve algo monótona. Al comienzo del libro me parece que plantea una idea fascinante —ese supuesto “documento de investigación”— pero, esperaba que se retomase esta parte al final de la historia y no es así, por lo que me parece que es una parte que se queda en el aire.
Y ahí estoy yo, en medio, preguntándome si me quedo con el Becerra que rompe la forma tradicional de contar una historia de enamorados o con el Becerra que, cuando más arriesgado estaba, se echó un poco atrás y no se atrevió a llegar hasta el final... porque esa es la sensación que me ha quedado, que la historia se ha quedado incompleta.
Finalmente Amor me parece que aunque no sea la novela perfecta (tampoco creo que intente serlo) sí que la considero interesante y me ha permitido descubrir a un autor que no conocía".
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