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jueves, 15 de agosto de 2024

Helene Hanff


Helene Hanff fue una escritora y guionista estadounidense que nació el 15 de abril de 1916 en Filadelfia (Pensilvania, Estados Unidos).
Se mudó a Nueva York en la década de 1940 con el sueño de convertirse en dramaturga, y aunque escribió varias obras, tuvo dificultades para venderlas, por lo que recurrió a la escritura de guiones para la televisión. A pesar de que su carrera en televisión fue relativamente exitosa, Hanff siempre estuvo frustrada por no poder alcanzar su meta original de ser dramaturga.
La vida de Hanff estuvo marcada por su amor por la literatura inglesa y su fascinación por los libros raros y antiguos, y fue este interés lo que la llevó a escribir una carta en 1949 a Marks & Co., una librería en Londres especializada en ediciones antiguas, buscando ediciones difíciles de encontrar, circunstancia que dio inicio a la correspondencia que se transformaría en 84, Charing Cross Road.
su carrera abarcó mucho más que el éxito de un sólo libro y aunque comenzó escribiendo obras de teatro que nunca se llegaron a estrenar, también contribuyó a la creación de alguno de los primeros dramas televisivos, además de convertirse en una figura destacada en el mundo literario de The New Yorker.
Hanff también escribió y editó guiones para diversos dramas televisivos producidos fuera de Nueva York, sin embargo, cuando la producción televisiva se trasladó a California, su trabajo disminuyó, lo que la llevó a escribir para revistas y, finalmente, a los libros que cimentaron su reputación.
A pesar de su éxito literario, Hanff nunca alcanzó la estabilidad económica, y vivió modestamente en un pequeño apartamento en Nueva York, donde, el edificio de apartamentos dónde vivió, en el 305 E. de la calle 72, en su honor fue renombrado como Charing Cross House, y una placa de bronce luce junto a la entrada principal conmemorando su residencia y la autoría de su célebre libro.
Falleció el 9 de abril de 1997 en Nueva York (Estados Unidos), sin un céntimo y en una residencia para ancianos de Manhattan.








84, Charing Cross Road (1970)
En octubre de 1949, Helene Hanff, una joven escritora desconocida, envía una carta desde Nueva York a Marks & Co., la librería situada en el 84 de Charing Cross Road, en Londres. Apasionada, maniática, extravagante y muchas veces sin un duro, la señorita Hanff le reclama al librero Frank Doel volúmenes poco menos que inencontrables que apaciguarán su insaciable sed de descubrimientos. Veinte años más tarde, continúan escribiéndose, y la familiaridad se ha convertido en una intimidad casi amorosa. Esta correspondencia evoca el lugar que ocupan en nuestras vidas los libros... y las librerías.

"84, Charing Cross Road de Helene Hanff es un libro que, a primera vista prometía ser una joya para cualquier amante de la literatura y los libros antiguos. La premisa de una correspondencia de dos décadas entre una escritora neoyorquina y un librero londinense auguraba una lectura llena de encanto y una conexión a través de sus páginas, sin embargo, al empezar con su lectura, me encontré con una experiencia que, lejos de cautivarme, resultó tediosa y carente de la magia que me esperaba.
El formato epistolar, que en teoría debería haber aportado dinamismo y frescura, terminó por volverse monótono y, las cartas, aunque llenas de cortesía y referencias literarias, carecen de la profundidad emocional necesaria para mantener el interés a lo largo de las páginas. La relación entre Helene Hanff y Frank Doel, que algunas personas consideran entrañable, me pareció distante y demasiado formal para generar empatía y a medida que avanzaba en la lectura, esperaba un giro, una chispa, algo que justificará el éxito y las críticas positivas que ha recibido este libro... pero nunca lo encontré.
Además, la reiteración de temas, como las dificultades para encontrar ciertos libros, las inevitables demoras en la correspondencia transatlántica y las amables pero escasas conversaciones sobre la vida cotidiana, contribuyen a la sensación de estar leyendo lo mismo una y otra vez, sin un verdadero desarrollo narrativo o emocional, y la aparente devoción de Hanff pro la literatura británica y su admiración por los clásicos tampoco logra trascender en un relato que, en el fondo, parece más un intercambio de favores y gentilezas que una verdadera amistad.
El libro ha sido aclamado a lo largo de lo años desde su publicación, pero personalmente, no conseguí conectar con él y su lectura se ha vuelto para mí en un ejercicio de paciencia, más que de placer, dejándome indiferente.
Tal vez esperaba más de una historia que ha sido tan elogiada, o quizás simplemente no logré encontrar en estas páginas la profundidad y la pasión por los libros que otras personas han visto. Sea como sea, me ha resultado un libro plano y reiterativo, que no logra sostener el peso de su reputación".






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