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jueves, 15 de agosto de 2024

84, Charing Cross Road


En octubre de 1949, Helene Hanff, una joven escritora desconocida, envía una carta desde Nueva York a Marks & Co., la librería situada en el 84 de Charing Cross Road, en Londres. Apasionada, maniática, extravagante y muchas veces sin un duro, la señorita Hanff le reclama al librero Frank Doel volúmenes poco menos que inencontrables que apaciguarán su insaciable sed de descubrimientos. Veinte años más tarde, continúan escribiéndose, y la familiaridad se ha convertido en una intimidad casi amorosa. Esta correspondencia evoca el lugar que ocupan en nuestras vidas los libros... y las librerías.

"84, Charing Cross Road de Helene Hanff es un libro que, a primera vista prometía ser una joya para cualquier amante de la literatura y los libros antiguos. La premisa de una correspondencia de dos décadas entre una escritora neoyorquina y un librero londinense auguraba una lectura llena de encanto y una conexión a través de sus páginas, sin embargo, al empezar con su lectura, me encontré con una experiencia que, lejos de cautivarme, resultó tediosa y carente de la magia que me esperaba.
El formato epistolar, que en teoría debería haber aportado dinamismo y frescura, terminó por volverse monótono y, las cartas, aunque llenas de cortesía y referencias literarias, carecen de la profundidad emocional necesaria para mantener el interés a lo largo de las páginas. La relación entre Helene Hanff y Frank Doel, que algunas personas consideran entrañable, me pareció distante y demasiado formal para generar empatía y a medida que avanzaba en la lectura, esperaba un giro, una chispa, algo que justificará el éxito y las críticas positivas que ha recibido este libro... pero nunca lo encontré.
Además, la reiteración de temas, como las dificultades para encontrar ciertos libros, las inevitables demoras en la correspondencia transatlántica y las amables pero escasas conversaciones sobre la vida cotidiana, contribuyen a la sensación de estar leyendo lo mismo una y otra vez, sin un verdadero desarrollo narrativo o emocional, y la aparente devoción de Hanff pro la literatura británica y su admiración por los clásicos tampoco logra trascender en un relato que, en el fondo, parece más un intercambio de favores y gentilezas que una verdadera amistad.
El libro ha sido aclamado a lo largo de lo años desde su publicación, pero personalmente, no conseguí conectar con él y su lectura se ha vuelto para mí en un ejercicio de paciencia, más que de placer, dejándome indiferente.
Tal vez esperaba más de una historia que ha sido tan elogiada, o quizás simplemente no logré encontrar en estas páginas la profundidad y la pasión por los libros que otras personas han visto. Sea como sea, me ha resultado un libro plano y reiterativo, que no logra sostener el peso de su reputación".

1970






Helene Hanff


Helene Hanff fue una escritora y guionista estadounidense que nació el 15 de abril de 1916 en Filadelfia (Pensilvania, Estados Unidos).
Se mudó a Nueva York en la década de 1940 con el sueño de convertirse en dramaturga, y aunque escribió varias obras, tuvo dificultades para venderlas, por lo que recurrió a la escritura de guiones para la televisión. A pesar de que su carrera en televisión fue relativamente exitosa, Hanff siempre estuvo frustrada por no poder alcanzar su meta original de ser dramaturga.
La vida de Hanff estuvo marcada por su amor por la literatura inglesa y su fascinación por los libros raros y antiguos, y fue este interés lo que la llevó a escribir una carta en 1949 a Marks & Co., una librería en Londres especializada en ediciones antiguas, buscando ediciones difíciles de encontrar, circunstancia que dio inicio a la correspondencia que se transformaría en 84, Charing Cross Road.
su carrera abarcó mucho más que el éxito de un sólo libro y aunque comenzó escribiendo obras de teatro que nunca se llegaron a estrenar, también contribuyó a la creación de alguno de los primeros dramas televisivos, además de convertirse en una figura destacada en el mundo literario de The New Yorker.
Hanff también escribió y editó guiones para diversos dramas televisivos producidos fuera de Nueva York, sin embargo, cuando la producción televisiva se trasladó a California, su trabajo disminuyó, lo que la llevó a escribir para revistas y, finalmente, a los libros que cimentaron su reputación.
A pesar de su éxito literario, Hanff nunca alcanzó la estabilidad económica, y vivió modestamente en un pequeño apartamento en Nueva York, donde, el edificio de apartamentos dónde vivió, en el 305 E. de la calle 72, en su honor fue renombrado como Charing Cross House, y una placa de bronce luce junto a la entrada principal conmemorando su residencia y la autoría de su célebre libro.
Falleció el 9 de abril de 1997 en Nueva York (Estados Unidos), sin un céntimo y en una residencia para ancianos de Manhattan.








84, Charing Cross Road (1970)
En octubre de 1949, Helene Hanff, una joven escritora desconocida, envía una carta desde Nueva York a Marks & Co., la librería situada en el 84 de Charing Cross Road, en Londres. Apasionada, maniática, extravagante y muchas veces sin un duro, la señorita Hanff le reclama al librero Frank Doel volúmenes poco menos que inencontrables que apaciguarán su insaciable sed de descubrimientos. Veinte años más tarde, continúan escribiéndose, y la familiaridad se ha convertido en una intimidad casi amorosa. Esta correspondencia evoca el lugar que ocupan en nuestras vidas los libros... y las librerías.

"84, Charing Cross Road de Helene Hanff es un libro que, a primera vista prometía ser una joya para cualquier amante de la literatura y los libros antiguos. La premisa de una correspondencia de dos décadas entre una escritora neoyorquina y un librero londinense auguraba una lectura llena de encanto y una conexión a través de sus páginas, sin embargo, al empezar con su lectura, me encontré con una experiencia que, lejos de cautivarme, resultó tediosa y carente de la magia que me esperaba.
El formato epistolar, que en teoría debería haber aportado dinamismo y frescura, terminó por volverse monótono y, las cartas, aunque llenas de cortesía y referencias literarias, carecen de la profundidad emocional necesaria para mantener el interés a lo largo de las páginas. La relación entre Helene Hanff y Frank Doel, que algunas personas consideran entrañable, me pareció distante y demasiado formal para generar empatía y a medida que avanzaba en la lectura, esperaba un giro, una chispa, algo que justificará el éxito y las críticas positivas que ha recibido este libro... pero nunca lo encontré.
Además, la reiteración de temas, como las dificultades para encontrar ciertos libros, las inevitables demoras en la correspondencia transatlántica y las amables pero escasas conversaciones sobre la vida cotidiana, contribuyen a la sensación de estar leyendo lo mismo una y otra vez, sin un verdadero desarrollo narrativo o emocional, y la aparente devoción de Hanff pro la literatura británica y su admiración por los clásicos tampoco logra trascender en un relato que, en el fondo, parece más un intercambio de favores y gentilezas que una verdadera amistad.
El libro ha sido aclamado a lo largo de lo años desde su publicación, pero personalmente, no conseguí conectar con él y su lectura se ha vuelto para mí en un ejercicio de paciencia, más que de placer, dejándome indiferente.
Tal vez esperaba más de una historia que ha sido tan elogiada, o quizás simplemente no logré encontrar en estas páginas la profundidad y la pasión por los libros que otras personas han visto. Sea como sea, me ha resultado un libro plano y reiterativo, que no logra sostener el peso de su reputación".






domingo, 11 de agosto de 2024

Un hombre bajo el agua


Esta historia comienza bajo las aguas turbias de una balsa de riego. Es ahí donde el protagonista, con apenas catorce años, encuentra el cadáver de un vecino. El fatal hallazgo hace saltar por lo aires los felices días de su adolescencia: en el barrio no tardan en correr teorías sobre el ahogamiento y la implicación que el joven pudo tener en esa muerte. Más de dos décadas después, se propone reconstruir lo que realmente sucedió aquella mañana de verano.
Un hombre bajo el agua es una novela que ajusta cuentas con nuestra parte más escurridiza: la memoria. Un viaje de ida y vuelta en el que la escritura abre una grieta en la muerte por la que la vida acaba abriéndose paso.

"Primer libro que leo de Juan Manuel Gil, que nos entrega una novela que destaca por su profunda introspección y su exploración de los laberintos de la memoria y que me ha sumergido en un mar de emociones que no esperaba encontrar. Es una obra que desde sus primera páginas consigue sumergirte en una experiencia casi sensorial, donde la realidad y la ficción se entrelazan en una danza hipnótica, haciéndonos cuestionar la fiabilidad de nuestros recuerdos y la construcción de nuestra propia narrativa, creando una experiencia literaria tan inquietante como fascinante.
Desde el principio, Gil establece un tono que mezcla lo cotidiano con lo misterioso, presentando a un protagonista que parece atrapado en un constante vaivén entre el pasado y el presente. La historia se desarrolla en un espacio mental casi onírico, donde los recuerdos del protagonista se desvanecen y reaparecen como olas que rompen en la orilla de su conciencia, reflejando la naturaleza fragmentada de la memoria, uno de los temas centrales de la novela.
El autor nos muestra como nuestros recuerdos pueden ser moldeados por el tiempo, las emociones y las circunstancias, convirtiéndose en construcciones subjetivas y en ocasiones, engañosas, por lo que el protagonista se ve obligado a confrontar la fragilidad de su propia identidad, al darse cuenta de que su pasado no es tan sólido como creía.
La escritura se convierte en una herramienta fundamental para el protagonista, quien a través de ella intenta exorcizar sus demonios y encontrar un sentido a su pasado.
Gil demuestra una grandísima destreza en el manejo de la prosa con un ritmo cadencioso y envolvente, casi como el murmullo del agua. Su estilo es preciso y medido, pero no por ello carente de lirismo y alterna su escritura entre la delicadeza y la contundencia, haciéndonos reflexionar sobre la fragilidad de nuestros recuerdos y cómo estos pueden moldear, e incluso distorsionar, nuestra percepción de la realidad.
La estructura de la novela, que fragmenta el tiempo y la memoria, contribuye a la sensación de estar explorando un territorio inestable, donde cada fragmento de recuerdo es una pieza de un rompecabezas que quizá nunca consigamos completar del todo, y este juego con la temporalidad, lejos de resultar confuso, añade profundidad a la trama, permitiéndote convertirte en cómplice de la reconstrucción de la historia.
Uno de los puntos más interesantes de la novela es la manera que Gil utiliza el agua, que en sus múltiples formas, se convierte en un símbolo de lo inabarcable, lo incontrolable y lo desconocido. Es el medio a través del cual el protagonista se enfrenta a sus miedos y a sus verdades más ocultas. Este uso del agua añade una capa de complejidad al relato, convirtiéndolo en una especie de viaje iniciático en el que el protagonista se ve obligado a confrontar lo que yace debajo de la superficie de su propia vida.
Sin embargo, Un hombre bajo el agua no es una novela de fácil digestión, ya que requiere de un lector dispuesto a dejarse llevar por sus ritmos cambiantes y su atmósfera a veces opresiva, con una estructura no lineal, con sus saltos temporales y su narrativa fragmentada, llegando a resultar una lectura desafiante... pero es precisamente ese desafío lo que la convierte en una novela tan rica y fascinante.
Una novela que no solo cuenta una historia, sino que invita a una inmersión profunda en la mente y el alma de su protagonista y que me ha dejado la sensación de haber sido arrastrada a las profundidades de mi propia mente.
Para todas aquellas personas que aún no han descubierto a este autor almeriense, Un hombre bajo el agua es un buen punto de partida, ya que es una novela que no solo se lee, sino que se siente, como el peso del agua sobre un hombre que intenta salir a flote".





2019





Juan Manuel Gil


Juan Manuel Gil es un escritor almeriense nacido el 5 de junio de 1979, conocido por su capacidad para fusionar la realidad y la ficción en sus obras, y por su estilo narrativo, fresco y original. Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Almería, su literatura está marcada por un profundo interés en las relaciones humanas, la memoria y la identidad.
Aunque inició su trayectoria literaria con poesía, ha destacado principalmente en la novela, explorando temáticas variadas y estilos narrativos diversos.
Formó parte de la primera promoción de residentes de la Fundación Antonio Gala,  lo que le brindó la oportunidad de desarrollar su talento en un entorno creativo.
Además de su trabajo como novelista, Gil ha participado en talleres de escritura creativa y ha colaborado con diferentes medios de comunicación, donde ha compartido sus reflexiones sobre literatura y el proceso creativo.






Premios de Andalucía Joven de Poesía 2004
Premio Argaria 2012
Premio Biblioteca Breve de Novela 2021





Un hombre bajo el agua (2019)
Esta historia comienza bajo las aguas turbias de una balsa de riego. Es ahí donde el protagonista, con apenas catorce años, encuentra el cadáver de un vecino. El fatal hallazgo hace saltar por lo aires los felices días de su adolescencia: en el barrio no tardan en correr teorías sobre el ahogamiento y la implicación que el joven pudo tener en esa muerte. Más de dos décadas después, se propone reconstruir lo que realmente sucedió aquella mañana de verano.
Un hombre bajo el agua es una novela que ajusta cuentas con nuestra parte más escurridiza: la memoria. Un viaje de ida y vuelta en el que la escritura abre una grieta en la muerte por la que la vida acaba abriéndose paso.

"Primer libro que leo de Juan Manuel Gil, que nos entrega una novela que destaca por su profunda introspección y su exploración de los laberintos de la memoria y que me ha sumergido en un mar de emociones que no esperaba encontrar. Es una obra que desde sus primera páginas consigue sumergirte en una experiencia casi sensorial, donde la realidad y la ficción se entrelazan en una danza hipnótica, haciéndonos cuestionar la fiabilidad de nuestros recuerdos y la construcción de nuestra propia narrativa, creando una experiencia literaria tan inquietante como fascinante.
Desde el principio, Gil establece un tono que mezcla lo cotidiano con lo misterioso, presentando a un protagonista que parece atrapado en un constante vaivén entre el pasado y el presente. La historia se desarrolla en un espacio mental casi onírico, donde los recuerdos del protagonista se desvanecen y reaparecen como olas que rompen en la orilla de su conciencia, reflejando la naturaleza fragmentada de la memoria, uno de los temas centrales de la novela.
El autor nos muestra como nuestros recuerdos pueden ser moldeados por el tiempo, las emociones y las circunstancias, convirtiéndose en construcciones subjetivas y en ocasiones, engañosas, por lo que el protagonista se ve obligado a confrontar la fragilidad de su propia identidad, al darse cuenta de que su pasado no es tan sólido como creía.
La escritura se convierte en una herramienta fundamental para el protagonista, quien a través de ella intenta exorcizar sus demonios y encontrar un sentido a su pasado.
Gil demuestra una grandísima destreza en el manejo de la prosa con un ritmo cadencioso y envolvente, casi como el murmullo del agua. Su estilo es preciso y medido, pero no por ello carente de lirismo y alterna su escritura entre la delicadeza y la contundencia, haciéndonos reflexionar sobre la fragilidad de nuestros recuerdos y cómo estos pueden moldear, e incluso distorsionar, nuestra percepción de la realidad.
La estructura de la novela, que fragmenta el tiempo y la memoria, contribuye a la sensación de estar explorando un territorio inestable, donde cada fragmento de recuerdo es una pieza de un rompecabezas que quizá nunca consigamos completar del todo, y este juego con la temporalidad, lejos de resultar confuso, añade profundidad a la trama, permitiéndote convertirte en cómplice de la reconstrucción de la historia.
Uno de los puntos más interesantes de la novela es la manera que Gil utiliza el agua, que en sus múltiples formas, se convierte en un símbolo de lo inabarcable, lo incontrolable y lo desconocido. Es el medio a través del cual el protagonista se enfrenta a sus miedos y a sus verdades más ocultas. Este uso del agua añade una capa de complejidad al relato, convirtiéndolo en una especie de viaje iniciático en el que el protagonista se ve obligado a confrontar lo que yace debajo de la superficie de su propia vida.
Sin embargo, Un hombre bajo el agua no es una novela de fácil digestión, ya que requiere de un lector dispuesto a dejarse llevar por sus ritmos cambiantes y su atmósfera a veces opresiva, con una estructura no lineal, con sus saltos temporales y su narrativa fragmentada, llegando a resultar una lectura desafiante... pero es precisamente ese desafío lo que la convierte en una novela tan rica y fascinante.
Una novela que no solo cuenta una historia, sino que invita a una inmersión profunda en la mente y el alma de su protagonista y que me ha dejado la sensación de haber sido arrastrada a las profundidades de mi propia mente.
Para todas aquellas personas que aún no han descubierto a este autor almeriense, Un hombre bajo el agua es un buen punto de partida, ya que es una novela que no solo se lee, sino que se siente, como el peso del agua sobre un hombre que intenta salir a flote".









Trigo limpio (2021)
Premio Biblioteca Breve
Veinticinco años después de protagonizar una gamberrada que marcará el transcurso de la vida de un grupo de amigos, el narrador sin nombre de esta novela recibe un mensaje de Simón, un miembro de la pandilla que desapareció un buen día sin dejar rastro, con una propuesta inesperada: ¿por qué no escribes sobre nosotros?, ¿sobre lo que nos sucedió?
Como una falsa novela de detectives, Trigo limpio sigue los pasos de un escritor dispuesto a cualquier cosa para darle forma a la novela perfecta mientras investiga sobre un pasado que poco se parece a lo que recuerda de su infancia perdida en un barrio periférico. Un juego literario en el que el lector está invitado a conectar las piezas de un hábil rompecabezas.



La flor del rayo (2023)
Este es el libro de un escritor dispuesto a todo con tal de tener una historia que contar en su próxima novela. Después de ganar un premio literario, zarandeado por la presión y las expectativas, intenta averiguar -desoyendo cualquier consejo- que se esconde detrás de una misteriosa escena que presencia mientras pasea a su perro: un hombre llora abatido y una ambulancia asiste a una persona a las puertas del jardín de una vieja casa.
En esta alocada investigación, la vida y la literatura no tardarán en confabularse para poner a prueba este estrafalario método de inspiración que le induce a creer que la ficción es la única herramienta válida para gestionar el amor, la inexpugnable felicidad de la escritura o el devastador desgarro de la pérdida.







viernes, 2 de agosto de 2024

La lista


Ola Olajide, una mediática periodista, va a casarse con el amor de su vida dentro de un mes. Jóvenes, guapos, con éxito, Michael y ella parecen tenerlo todo.
Hasta que una mañana, al despertar, los dos reciben el mismo mensaje: "¿Has visto la lista?"
Un listado de acusaciones anónimas sobre hombres maltratadores se ha publicado en internet. Ola se ha labrado un nombre dando en primicia este tipo de noticias. Normalmente, sería la primera en cubrir el tema y pedir que despidieran a esos hombres, salvo que, esta vez, el nombre de Michael está en la lista.
Con su futuro en juego, Ola le da un ultimátum a Michael para que demuestre su inocencia antes del día de la boda, pero ¿y si la verdad de lo que ha pasado lo cambia todo para ellos?

"La lista es una novela que se nos ha querido vender como una obra feminista contemporánea, una novela que promete abordar temas como el empoderamiento de la mujer y la lucha contra las injusticias de género. Sin embargo, cuando terminas de leerla te das cuenta que, lejos de cumplir esas expectativas y promesas, la novela se enreda en una narrativa que en última instancia socava los mismos ideales que se supone pretende defender.
La trama gira en torno a una lista anónima de hombres acusados de conducta inapropiada con mujeres que comienza a circular en redes sociales, desatando una serie de consecuencias para los acusados. Adegoke intenta retratar la complejidad de las dinámicas de poder y las repercusiones de las denuncias públicas en la era digital, además de sumergirnos en un mundo donde las redes sociales tienen el poder de destruir reputaciones en un abrir y cerrar de ojos. No obstante, el desarrollo de la historia se ve empañado por un enfoque excesivo en la posibilidad de denuncias falsas, lo que termina por diluir el mensaje feminista que la novela, se supone, aspira a transmitir.
En lugar de destacar la lucha legítima de las mujeres pro la justicia y la igualdad, La lista se centra desproporcionadamente en un caso de denuncia falsa, un dato que, según numerosos estudios, es extremadamente raro en comparación con la prevalencia de la violencia de género y el acoso. Este enfoque no solo desvía la atención de los problemas reales a los que nos enfrentamos las mujeres, sino que también refuerza estereotipos dañinos y perpetúa mitos sobre la credibilidad de las víctimas de acoso y abuso sexual.
Otro aspecto que podría haber desarrollado con mayor profundidad es el papel de los medios de comunicación. Si bien la novela critica el sensacionalismo y la búsqueda de clicks a toda costa, no profundiza en las razones por las cuales los medios a menudo amplifican las acusaciones sin verificar si son reales o no.
Adegoke escribe de manera ágil y con una jerga muy actual, además sus personajes están bien delineados, sin embargo, es difícil pasar por alto la sensación de que la autora ha elegido un camino narrativo que, aunque puede ser eficaz, resulta éticamente cuestionable y socialmente irresponsable, al priorizar la historia de una falsa acusación, lo que contribuye a ir en detrimento de las verdaderas víctimas de maltrato y acoso.
La lista ha sido comercializada como una obra feminista, hecho que me hizo leerla, pero al final, su mensaje se diluye en la sombra de una denuncia falsa, desviándose peligrosamente del compromiso con la verdad y la justicia que debería caracterizar a la literatura comprometida con el feminismo. En lugar de fortalecer el discurso sobre la igualdad de género, la novela corre el riesgo de minarlo, haciéndonos constatar que no todas las historias, al margen de lo mal o bien escritas que estén, contribuyen positivamente al avance social.
La lista es una lectura por momentos entretenida (en otros momentos me llegó a resultar soporífera por el lenguaje que emplea), pero decepcionante en su enfoque temático, y a pesar de su popularidad, resulta ser de todo menos una verdadera contribución al feminismo".

2023




Yomi Adegoke


Yomi Adegoke es una periodista y escritora británica que nació el 25 de septiembre de 1991 en Canning Town, en el este de Londres (Reino Unido).
Adegoke es de ascendencia nigeriana, se crió en Croydon, al sur de Londres, asistió a la Universidad de Warwick donde estudió derecho.
En 2013 fundó Birthday Magazine, una publicación dirigida a adolescentes negras, en la que se habla de la raza, la cultura pop y el feminismo.
Adegoke ha escrito para The Guardian, The Independent y The Pool, además de trabajar para el canal de la televisión británica Channel 4 News.







La lista (2023)
Ola Olajide, una mediática periodista, va a casarse con el amor de su vida dentro de un mes. Jóvenes, guapos, con éxito, Michael y ella parecen tenerlo todo.
Hasta que una mañana, al despertar, los dos reciben el mismo mensaje: "¿Has visto la lista?"
Un listado de acusaciones anónimas sobre hombres maltratadores se ha publicado en internet. Ola se ha labrado un nombre dando en primicia este tipo de noticias. Normalmente, sería la primera en cubrir el tema y pedir que despidieran a esos hombres, salvo que, esta vez, el nombre de Michael está en la lista.
Con su futuro en juego, Ola le da un ultimátum a Michael para que demuestre su inocencia antes del día de la boda, pero ¿y si la verdad de lo que ha pasado lo cambia todo para ellos?

"La lista es una novela que se nos ha querido vender como una obra feminista contemporánea, una novela que promete abordar temas como el empoderamiento de la mujer y la lucha contra las injusticias de género. Sin embargo, cuando terminas de leerla te das cuenta que, lejos de cumplir esas expectativas y promesas, la novela se enreda en una narrativa que en última instancia socava los mismos ideales que se supone pretende defender.
La trama gira en torno a una lista anónima de hombres acusados de conducta inapropiada con mujeres que comienza a circular en redes sociales, desatando una serie de consecuencias para los acusados. Adegoke intenta retratar la complejidad de las dinámicas de poder y las repercusiones de las denuncias públicas en la era digital, además de sumergirnos en un mundo donde las redes sociales tienen el poder de destruir reputaciones en un abrir y cerrar de ojos. No obstante, el desarrollo de la historia se ve empañado por un enfoque excesivo en la posibilidad de denuncias falsas, lo que termina por diluir el mensaje feminista que la novela, se supone, aspira a transmitir.
En lugar de destacar la lucha legítima de las mujeres pro la justicia y la igualdad, La lista se centra desproporcionadamente en un caso de denuncia falsa, un dato que, según numerosos estudios, es extremadamente raro en comparación con la prevalencia de la violencia de género y el acoso. Este enfoque no solo desvía la atención de los problemas reales a los que nos enfrentamos las mujeres, sino que también refuerza estereotipos dañinos y perpetúa mitos sobre la credibilidad de las víctimas de acoso y abuso sexual.
Otro aspecto que podría haber desarrollado con mayor profundidad es el papel de los medios de comunicación. Si bien la novela critica el sensacionalismo y la búsqueda de clicks a toda costa, no profundiza en las razones por las cuales los medios a menudo amplifican las acusaciones sin verificar si son reales o no.
Adegoke escribe de manera ágil y con una jerga muy actual, además sus personajes están bien delineados, sin embargo, es difícil pasar por alto la sensación de que la autora ha elegido un camino narrativo que, aunque puede ser eficaz, resulta éticamente cuestionable y socialmente irresponsable, al priorizar la historia de una falsa acusación, lo que contribuye a ir en detrimento de las verdaderas víctimas de maltrato y acoso.
La lista ha sido comercializada como una obra feminista, hecho que me hizo leerla, pero al final, su mensaje se diluye en la sombra de una denuncia falsa, desviándose peligrosamente del compromiso con la verdad y la justicia que debería caracterizar a la literatura comprometida con el feminismo. En lugar de fortalecer el discurso sobre la igualdad de género, la novela corre el riesgo de minarlo, haciéndonos constatar que no todas las historias, al margen de lo mal o bien escritas que estén, contribuyen positivamente al avance social.
La lista es una lectura por momentos entretenida (en otros momentos me llegó a resultar soporífera por el lenguaje que emplea), pero decepcionante en su enfoque temático, y a pesar de su popularidad, resulta ser de todo menos una verdadera contribución al feminismo".