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jueves, 1 de agosto de 2019

El Principito


Viví así, solo, sin nadie con quien hablar verdaderamente, hasta que tuve una avería en el desierto del Sahara, hace seis años. Algo se había roto en mi motor. Y como no tenía conmigo ni mecánico ni pasajeros, me dispuse a realizar, solo, una reparación difícil. Era, para mí, cuestión de vida o muerte. Tenía agua apenas para ocho días. La primera noche dormí sobre la arena a mil millas de toda tierra habitada. Estaba más aislado que un náufrago sobre una balsa en medio del océano. Imaginaos, pues, mi sorpresa cuando, al romper el día, me despertó una extraña vocecita que decía: -Por favor..., ¡dibújame un cordero!

"Poco puedo decir que no se haya dicho ya de esta pequeña joya literaria de Antoine de Saint-Exupéry, por la que da igual los años que pasen, ya que consigue siempre cautivar por su frescura a la par que por su profundidad.
Antoine de Saint-Exupéry nos regaló El Principito consiguiendo trascender las barreras del tiempo y la edad. Con una prosa poética y unas ilustraciones que hablan por sí solas, el autor nos invita a un viaje introspectivo a través de un universo infantil que esconde profundas reflexiones sobre la vida, el amor, la amistad y la naturaleza humana.
La narrativa de Saint-Exupéry, envuelta en la inocencia de un niño y la profundidad de un filósofo, nos invita a explorar un universo donde lo esencial es invisible a los ojos.
Lo que hace especial a esta obra es su capacidad para encontrar la belleza en lo cotidiano y la sabiduría en lo simple. El Principito, con su inocencia y curiosidad, nos recuerda la importancia de mirar el mundo con ojos nuevos, de maravillarnos ante las pequeñas cosas y de apreciar la fragilidad de la existencia. A través de sus encuentros con distintos personajes, el joven príncipe nos muestra la diversidad de la humanidad y nos invita a cuestionar nuestros valores y prioridades.
El Principito tiene la capacidad de comunicar verdades profundas a través de un lenguaje simple y poético, y con su pelo dorado y su risa cristalina, nos lleva de la mano por planetas extraños y maravillosos encuentros, cada uno simbolizando aspectos de la condición humana. Desde el rey solitario que gobierna un planeta vacío, hasta el hombre de negocios que cuenta estrellas sin disfrutarlas, cada personaje nos recuerda la importancia de mirar más allá de lo superficial y valorar lo que realmente importa.
Saint-Exupéry nos enseña que las cosas verdaderamente importantes no se compran ni se venden, y que el verdadero valor de la vida se encuentra en los pequeños momentos y en las relaciones que construimos.
La magia de El Principito reside en su capacidad para conectar con el niño o niña que todos llevamos dentro. Sus palabras, aparentemente sencillas, nos transportan a un mundo de fantasía donde todo es posible y donde los sueños cobran vida. Sin embargo, detrás de esta aparente ingenuidad se esconde una profunda reflexión sobre la condición humana y los desafíos a los que nos enfrentamos a lo largo del camino.
Su mensaje universal y su estilo poético lo convierten en una lectura imprescindible para todas aquellas personas que buscan encontrar un significado en la vida y apreciar la belleza que nos rodea. Un libro que te acompañará a lo largo de tu vida y que te recordará la importancia de mantener viva la llama de la curiosidad y la esperanza.
Es un libro, que sin importar cuantas veces se lea, siempre tiene algo nuevo que ofrecer".





1943



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