Vicente Blasco Ibáñez nació el 29 de enero de 1867 en Valencia, hijo de Gaspar y Ramona, de origen aragonés.
A los 16 años ya había fundado un periódico semanal que, al ser menor de edad, puso a nombre de un amigo suyo. Quiso ser marino, pero su dificultad para entender las matemáticas lo llevó a inclinarse por el derecho. Su gran capacidad de estudio le permitían preparar las materias de todo un año, quince días antes de los exámenes. Cursó los estudios en la Universidad de Valencia y durante esos años perteneció a la tuna. Se licenció en 1888, aunque prácticamente no ejerció la carrera de Derecho.
Durante el tiempo de estudiante participó en diversas acciones de agitación republicana y anticlerical.
Comienza a implicarse en la vida política de Valencia al asistir a las reuniones que el Partido Republicano Federal organizaba en el casino de las Juventudes Federales. En sus primeras intervenciones en publico, descubre que está dotado de un tremendo poder de persuasión, capaz de enardecer al auditorio y entusiasmar a la gente.
Cuando el pretendiente carlista, el marqués de Cerralbo, llega a Valencia en 1890, Blasco Ibáñez lanza un llamamiento a los republicanos para que boicoteen la visita desde el periódico La Bandera Federal, que acababa de fundar, siendo todo un éxito. Es acusado de injurias al poder público y tiene que huir vestido de pescador. Se oculta en su huida en algunos pueblos, pero finalmente llega a París, donde pasará el invierno de 1890 a 1891, escribiendo crónicas para algunos periódicos y comenzando así su etapa periodística.
Presentado como candidato a diputado desde su exilio parisino para las elecciones de 1891, volvió a España ese mismo año aprovechándose de una amnistía general. Desde su vuelta hasta 1905 se dedica enteramente a la política. Entre los años 1898 y 1907, ocupó escaño en el Congreso de los Diputados representando al partido republicano, denominado Unión Republicana.
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Se casó con María Blasco en 1891 y tuvieron cuatro hijos: Mario, Julio César, Sigfrido y la única mujer, Libertad.
En su actividad política, caracterizada por su oposición a la monarquía y por sus ideales republicanos, fue clave el periódico El Pueblo, que fundó en noviembre de 1894.
Al mismo tiempo organizó y lideró en Valencia un movimiento de masas, cuyas bases eran el nuevo proletariado industrial y el antiguo artesanado (lo que se comenzaba a llamar las clases trabajadoras).
La base organizativa del movimiento la constituían la red de los siete casinos republicanos distribuidos estratégicamente por los barrios populares de la ciudad de Valencia, además del casino central. Los casinos eran centros de reunión y un instrumento para la rápida movilización ciudadana, pues en pocas horas centenares de personas acudían a la cita anunciada por el diario El Pueblo.
Así se creo un movimiento político que ha sido denominado blasquismo.
Durante este periodo fue perseguido por la justicia en tres ocasiones. La primera, que le costó el encarcelamiento, por un alboroto anticlerical contra una expedición de peregrinos que se dirigía a Roma. La segunda vez fue en 1896 por soliviantar a las masas contra la Guerra de Cuba, lo que le obliga a huir a Italia. Durante su estancia en Italia, la nostalgia de su tierra le hace abocarse a una incesante labor literaria. De regreso a Valencia es apresado y pasa el invierno de 1896 a 1897 en la cárcel de San Gregorio. La tercera vez en que Blasco Ibañez tuvo problemas con la justicia fue en 1898, cuando encabezó encrespadas manifestaciones contra la monarquía que le llevan nuevamente a prisión.
Durante esos años, además de escribir algunas de sus mejores novelas, también se inicia en la tarea editorial, fundando la editorial Prometeo, que publica a precios asequibles no sólo sus obras, sino la de autores clásicos y contemporáneos.
Tras las elecciones de 1905, en las que volvió a salir elegido como diputado, decidió trasladarse a Madrid, volviendo a salir elegido nuevamente en 1907, pero en noviembre de 1908, renunció a su escaño y abandonó la vida política activa, que no retomaría hasta la dictadura de Primo de Rivera que combatió desde su exilio.
A partir de su abandono de la vida política y su marcha a Madrid, Blasco Ibañez se dedica sólo a la literatura y a promocionar sus obras y las de la editorial. En sus estancia en la capital descubre la vida mundana de las tertulias, los salones, la ópera y el teatro. Acude al salón de Colombine, seudónimo de Carmen de Burgos, feminista y republicana, donde los miércoles recibía al mundillo literario y artístico. Allí conoce a la esposa del embajador de Chile con la que mantendrá una larga relación amorosa, realizando con ella un viaje a Oriente.
En 1909 viaja a Argentina, contratado para una gira de conferencias, obteniendo un gran éxito y ganando mucho dinero.
Surante su estancia en Argentina realizó un viaje a la Patagonia y decidió realizar allí y en la región del río Paraná una gran obra de colonización. Se dedicó a comprar tierras que pensaba poner en cultivo trayendo de Valencia labradores que las arrendaran durante diez años y después podrían comprarlas con los beneficios que obtuvieran. Después de un viaje a Valencia para conseguir los agricultores que quisieran sumarse al proyecto, durante los tres años siguientes, de 1911 a 1913, se dedicó por entero a poner en marcha las colonias que bautizó con el nombre de Nueva Valencia y Cervantes. Pero el proyecto terminará en un estrepitoso fracaso. Blasco Ibañez regresó a España casi completamente arruinado. Buena parte de los colonos valencianos se quedó en Argentina, estableciéndose por su cuenta.
Hoy en día, Corrientes y Nueva Valencia son el granero arrocero de Argentina gracias a los procedimientos de regadío que estableció Blasco Ibañez y a la labor de aquellos trabajadores valencianos. La colonia de Cervantes se convirtió en la localidad de Cervantes, en la provincia de Río Negro.
Acuciado por la falta de dinero decidió convertirse en un escritor internacional fabricante de best-sellers y para ello se marchó a París, la capital cultural del mundo en aquella época, junto a su compañera sentimental Elena Ortúzar, de nacionalidad chilena. En verano de 1914 estalla la Primera Guerra Mundial y Blasco Ibañez ve la ocasión de colocar en la prensa grandes reportajes.
Obtiene un gran éxito en Estados Unidos, realizando una gira viajando por todo el país y donde recibe el doctor honoris causa por la Universidad de Washington. Gana mucho dinero con las conferencias y una cadena de prensa le contrata por mil dólares el artículo, una cifra nunca pagada hasta entonces. En Hollywood firma un contrato para las versiones cinematográficas de dos de sus obras (Los cuatro jinetes del Apocalipsis y Sangre y arena). En 1921 vuelve a España, pasando por Valencia donde el entusiasmo popular se desborda y sus correligionarios le ofrecen un espectacular homenaje y el Ayuntamiento le dedica la calle en la que nació.
Súbitamente decidió realizar un viaje alrededor del mundo. Cuando vuelve, en España se había instaurado la dictadura de Primo de Rivera y Blasco Ibañez está decidido a combatirla.
Publica folletos para denunciar la dictadura primorriverista y al rey que la sustenta, y crea y financia la revista España con honra, el órgano de la oposición exiliada a la dictadura. Asimismo renuncia a su candidatura para el ingreso en la Real Academia Española.
Su mujer fallece en Valencia en 1925 y se casa ese mismo año, en segundas nupcias con Elena Ortuzar.
Cuando estaba empezando una nueva novela que iba a ser el relato de su vida, murió en su residencia Fontana Rosa en Menton (Francia) el 28 de enero de 1928, por las complicaciones de una neumonía.
Sus restos fueron trasladados a Valencia después de la proclamación de la Segunda República Española, cumpliéndose así un deseo expresado en 1921 en su última visita a su ciudad. El 29 de octubre de 1933 el pueblo republicano de Valencia se echó a la calle para recibir en procesión cívica, encabezada por el Gobierno de la República, el féretro de Blasco Ibañez que fue llevado a hombros por los pescadores del Grao.
Conservó, a pesar de sus correrías por el mundo, una casa en la Playa de la Malvarrosa de Valencia, que en la actualidad ha sido restaurada y es la Casa-Museo Vicente Blasco Ibañez.
El mausoleo que proyectó para él la ciudad de Valencia no llegó a realizarse al estallar la Guerra Civil Española, durante la cual, su memoria fue borrada, sus libros prohibidos, su familia perseguida y sus bienes incautados. Las obras realizadas hasta ese momento en el mausoleo fueron destruidas y el solar donde se asentaba, en un lugar privilegiado del Cementerio municipal, fue utilizado años más tarde para construir el crematorio. A pesar de todo ello, sus restos se conservaron, y reposan en la actualidad en un nicho ordinario, casi anónimo, en el cementerio civil de Valencia.
Premios
Doctor Honoris Causa por la Universidad de Whasington
Libros leídos:
- La barraca (1898)***
Sobre las tierras del tío Barret, que se atrevió a romper las cadenas y a cortar la cabeza del amo, don Salvador, con la consiguiente ruina de su familia, pesa una maldición. Convertidas en símbolo de la lucha contra los terratenientes, nadie debe cultivarlas. La hostilidad se desata contra un forastero, Batiste Borrull, que, con el sueño de sacar a su familia adelante, decide arrendarlas, desatando así una tempestad de odio y resentimiento que culmina trágicamente.
"Una magnifica novela donde Blasco Ibañez nos hace sentir el odio, la rabia, el rencor, el fanatismo y todo lo que puede llegar a convertir a unas personas normales en unos seres despreciables. Narrada magistralmente, el autor consigue hacernos llegar la vida de la huerta valenciana y el carácter de su gente, manteniendo la emoción y la intriga hasta el final".
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