Carin Gerhardsen nació el 6 de diciembre de 1962 en Katrineholm (Suecia). Antes de dedicarse por completo a la escritura, trabajó como matemática y experta en informática, una experiencia que ha influido en su enfoque metódico y analítico a la hora de escribir sus novelas.
En la actualidad vive en Östermalm (Estocolmo) junto a su marido e hijos.
Carin Gerhardsen combina elementos de suspense, drama psicológico y crítica social en sus obras. Sus historias suelen abordar temas como los traumas infantiles, la desigualdad social y los efectos de las malas decisiones y aunque sus novelas son entretenidas y están llenas de giros completamente inesperados, también nos invitan a reflexionar sobre las complejidades del comportamiento humano.
La casita de jengibre (2008)**
Un hombre joven y con éxito es asesinado en una casa desconocida en la localidad de Enskede, Suecia. Cuando la dueña vuelve a casa encuentra el cadáver. Llama al comisario Sjöberg para informar de lo que ha pasado. La policía no encuentra rastro alguno, pero más gente, todas mujeres, son asesinadas en los siguientes días en diferentes localidades cerca de Estocolmo. Todas ellas, incluso el hombre asesinado, comparten dos cosas: tienen 44 años y vivieron en la localidad de Katrineholm cuando eran pequeños. El comisario Sjöberg se enfrenta a una investigación que va a alterar la vida de una pequeña y tranquila localidad para siempre.
"La casita de jengibre es una novela que me atrapó desde la primera página. La trama es ágil, los personajes están bien construidos y siempre tienes la sensación que hay algo más escondido en cada capítulo que te va a sorprender cuando menos lo imaginas.
Lo que parece un asesinato aleatorio en un tranquilo barrio de Estocolmo se va enredando poco a poco en una red de secretos y giros que no ves venir.
Mientras el inspector Conny Sjöberg y su equipo intentan resolver el caso, como lectora también estás conectando pistas y sospechando de todos los personajes por lo que es imposible no engancharse.
Y como guinda... el final. Justo cuando crees que tienes todo claro, Gerhardsen cambia las reglas del juego de una manera que te deja con la boca abierta. Ese desenlace no solo cierra la historia con un broche de oro, sino que también te deja con muchísimas ganas de leer la segunda novela de la saga para ver si mantiene el nivel.
Por hacer un resumen diría que La casita de jengibre es una novela entretenida de principio a fin, perfecta para quienes disfrutan de la novela negra con tintes psicológicos".
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