La novela está enmarcada en la puritana Nueva Inglaterra de principios del siglo XVII. Relata la historia de Hester Prynne, una mujer acusada de adulterio y condenada a llevar en su pecho una letra "A", de adúltera, que la marque. Ella no revela la identidad del padre de su hija, y trata de vivir en una sociedad injusta e hipócrita con dignidad.
"Leí La letra escarlata con la sensación de estar frente a uno de esos clásicos que todo el mundo debería conocer y la verdad es que me ha parecido bastante accesible para ser una obra del siglo XIX. La historia se sigue facilemente, no se hace pesada y tiene momentos en los que realmente logra atraparte, sin embargo, a pesar de su relevancia y de lo mucho que simboliza, no me ha dejado una huella tan fuerte como la cicatriz moral que carga la protagonista. Sí, es una lectura amena y se agradece la forma en que Hawthorne retrata una sociedad marcada por el peso de la religión, el juicio ajeno y la hipocresía, pero al cerrar el libro no sentí esa sacudida profunda que esperaba de un clásico tan conocido. Me quedo con la valentía de Hester, con esa fuerza silenciosa con la que se enfrenta a la condena pública, aunque el conjunto no me ha emocionado tanto como pensaba".
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