Nawal El Saadawi nació el 27 de octubre de 1931 en el pequeño pueblo de Kafr Tahla, en la provincia de Al-Kalyoubeya, población cercana al río Nilo, en el delta norte de El Cairo (Egipto).
Es la segunda de nueve hermanos (6 chicas y 3 chicos), los cuales, todos, sin excepción recibieron educación hasta llegar al menos a la universidad.
Su padre, hombre conservador, fue el la primera persona de su pueblo en lograr graduarse y se manifestó en la revolución egipcia de 1919 en contra de la ocupación británica y del gobierno colonial, y como consecuencia de ello, en 1938, fue enviado al exilio, a la provincia de Al-Menoufeya donde obtuvo el puesto de Inspector del Ministerio de Educación, y donde permaneció junto a toda su familia hasta 1948.
La madre de Nawal, que falleció a las 45 años, siempre se ocupó por su educación, pertenecía a una familia acomodada, fue educada en la escuela francesa y estaba convencida de la necesidad de educar no solo a los hijos sino también a las hijas.
Se casó con tan solo 15 años y su marido, al que no conocía de nada tenía 16 años más que ella.
En 1937, cuando Nawal tan solo tenía seis años, la daya (comadrona) le practicó la ablación del clítoris, una tortura que marcó toda su vida y su obra.
Estudió medicina en la Universidad del El Cairo, donde licenció en 1955, especializándose en psiquiatría, dedicando sus primeros años como médica a atender a los pacientes en el ámbito rural en su pueblo natal, donde podía observar las dificultades y desigualdades a las que se enfrentaban las mujeres rurales.
Allí adquirió un compromiso crítico, que fue aumentando a medida que crecía profesionalmente como médica y escritora, pero también como activista política en el Egipto de Gamal Abel Nasser, plasmando estas experiencias y reflexiones en su libro Memorias de una doctora, publicadas primero por capítulos en la revista Rose el-Yusuf y posteriormente, en 1960 en formato libro, generando con él un gran impacto tanto en Egipto como en el mundo árabe en general.
Desde 1955 hasta 1965 Saadawi trabajó en el Hospital Universitario y en 1966 se graduó en Salud Pública en la Universidad de Columbia (Nueva York, Estados Unidos).
De 1966 a 1972 ocupó el puesto de Directora General en el Departamento de Educación Sanitaria en el Ministerio de Sanidad de El Cairo, y en el mismo intervalo de tiempo, entre 1968 y 1972, asumió también la secretaría general de la Asociación Médica de El Cairo.
La muerte de Nasser en 1970, y el nuevo mandato de su sucesor Anwar el-Sadat en 1971, significó un cambio importante en su situación, además de mayores dificultades para compaginar su trabajo como médica con la escritura.
En 1971 fundó la Asociación Egipcia de Mujeres Escritoras, además de fundar y editar la revista Health.
Su obra fue censurada, sus opiniones resultaban controvertidas, por lo que fue despedida del Ministerio, le costó el puesto de redactora jefa de la revista y el de la secretaría general adjunta de la Asociación Médica de Egipto, pasando a formar parte de una lista negra tras expresar su opinión, entre otras cosas, sobre la situación de las mujeres en una de las conferencias que impartió en la Facultad de Medicina de la Universidad de Ain Shams de El Cairo.
Para evitar la censura egipcia, Saadawi empezó a publicar en el Líbano, terminando por exiliarse en 1972.
Desde 1974 hasta 1978 formó parte del Consejo Supremo de Artes y Ciencias Sociales de El Cairo como escritora, y fruto de esa simbiosis entre médica y escritora trabajó en la investigación de la neurosis en las mujeres en la Universidad de Ain Shams entre 1973 y 1976.
Entre 1977 y 1987 fundó la Asociación Africana para la Investigación y el Desarrollo de las Mujeres, de la cual fue también vicepresidenta durante diez años, además de ser nombrada de 1978 a 1980 consejera del programa de las Naciones Unidas para las Mujeres de África y de Oriente Medio (CEPA), trasladando su residencia a Addis Abeta (Etiopía) y realizando por este motivo, continuos viajes por otros países africanos.
En 1980 Nawal El Saadawi dimitió del cargo en Naciones Unidas y regresó a Egipto con la intención de volcarse en su trabajo de escritora, siendo detenida en su casa a punta de rifle y encarcelada el 6 de septiembre de 1981 junto con otros egipcios opuestos a la firma de los Acuerdos de Paz de Camp-David entre Egipto e Israel.
Durante su estancia en la cárcel fue ubicada en la celda de las presas políticas y en ella coincidió con otras mujeres activistas, como la periodista y escritora Safinaz, la profesora de la Universidad de El Cairo Amina Rashid y las doctoras Latifa al-Zayyat y Awatif Abd al-Rahman entre otras, siendo un total de catorce mujeres, una de ellas de tan solo dieciséis años.
El 28 de septiembre de 1981 fue citada para declarar ante el Fiscal con las acusaciones de atacar al gobierno durante una conferencia en 1972, instigar a los estudiantes a la rebelión y a la revolución, tener inclinaciones marxistas y oponerse a la firma del Tratado de Camp David.
Su liberación no se produjo hasta la muerte de Anwar el-Sadat el 6 de octubre de 1981, dos meses después de su entrada en prisión y tras informar de su situación, e insistir por carta, al nuevo presidente de Egipto, Hosni Mubarak.
Un año más tarde de su experiencia en la cárcel, Nawal El Saadawi continúo con su activismo y en 1982 fundó y presidió la AWSA (Asociación Solidaria de Mujeres Árabes), organización de carácter internacional que tenía por objetivo apoyar la participación activa de las mujeres árabes y musulmanas en todos los ámbitos de la sociedad, siendo clausurada por el régimen egipcio en 1991, así como también la revista Noon, que redactaba y distribuía la asociación.
En 1983 fue cofundadora de la Asociación Árabe para los Derechos Humanos y en 1985 representó a los países africanos en la Conferencia de Nairobi organizada por las Naciones Unidas.
Mientras crecía su popularidad, aumentaba también la presión contra ella y la censura y en junio de 1992 su nombre apareció en la lista negra de condenados a muerte por una organización terrorista, por lo que ante las amenazas de muerte que sufría en enero de 1993 se exilió a Estados Unidos, trabajando como profesora invitada en diferentes universidades, como por ejemplo, en Duke University entre 1993 1994 en el áre de Estudios Internacionales y Lenguas y Literaturas Asiáticas y Africanas.
En 1996 regresó a Egipto desde donde continuó su activismo en favor de los derechos de las mujeres, especialmente con su obra escrita, mientra lidiaba con las dificultades en cuanto a libertad de prensa y pensamiento.
En 2001 sus obras fueron vetadas en la feria Internacional del libro en El Cairo, siendo acusada de apostasía, veto que también le harían en 2007 por diferentes motivos, los cuales siempre giraban con su opinión crítica acerca del Islam y su práctica y relación con las mujeres, saliendo inocente de todos los procesos a los que fue llamada.
Saadawi se casó en varias ocasiones, en 1955 con Ahmed Helmi a quien conoció con 20 años mientras estudiaba medicina, matrimonio que duró solamente dos años, pero del cual nació su hija Mona que cursó estudios ambientales y es escritora y poeta.
Su segundo marido fue el médico Rashad, con quien se casó ante la insistencia de su familia y del que también se divorció, y en 1964 contrajo matrimonio por tercera vez con Sherif Hatata, médico, escritor y activista político a quien conoció en el Ministerio de Salud, tras haber sido preso político durante 13 años, y con quien tuvo a su hijo Atef.
Tras más de cuarenta años de matrimonio se divorciaron y el 21 de marzo de 2021 falleció en un hospital de El Cairo.
En la obra de Saadawi predomina la denuncia de la situación que viven las mujeres en su país y en el mundo árabe/musulmán, además de abordar temas como la política, la cultura, la sexualidad o la religión, denunciando la discriminación sexual y la violencia que se ejerce contra las mujeres, especialmente a través de la ablación, reivindicando que los hijos e hijas puedan adoptar el apellido de la madre y no imperativamente el del padre.
Saadawi rompió tabúes y su obra literaria no rehuye temas controvertidos como la ablación del clítoris, la utilización del velo, el aborto, el matrimonio o el empoderamiento de la mujer y con frecuencia utiliza sus experiencias para narrar historias de ficción, además de escribir memorias autobiográficas.
Premio Literario 1974 otorgado por el Consejo Superior de las Artes y las Ciencias Sociales de Egipto
Premio Literario 1982 de la Asociación de Amistad Franco-Árabe
Premio Literario de Gubran 1988 otorgado por la Asociación Árabe de los Premios de Australia
Premio Isabel Ferrer 2002 otorgado por la Generalitat Valenciana
Premio Internacional de Cataluña 2003 otorgada por la Generalitat de Cataluña
North-South Prize 2004 otorgado por el Consejo de Europa
Premio Inana Internacional de Bélgica 2005
Doctor Honoris Causa 2010 por la Universidad Nacional Autónoma de México
Doctor Honoris Causa 2011 por la Universidad de Bruselas
Doctor Honoris Causa 2011 por la Université libre de Bruxelles
Premio Internacional 2011 de la XIV Edición de los Premios Mujeres Progresistas de la Federación de Mujeres Progresistas
Premio Stig Dagerman 2011
Premio de la Paz Seán MacBride 2012 entregado por la International Peace Bureau
Premio Especial Optimistas Comprometidos 2016 otorgado por la revista Anoche tuve un sueño
Mujer en punto cero (1973)
"Todos los hombres que he conocido solo me han inspirado un deseo: el de alzar la mano y dejarla caer con fuerza sobre su rostro". Así comienza la historia de rebelión Firdaus contra una sociedad fundada en mentiras, hipocresía, brutalidad y opresión. Nacida en el seno de una familia campesina en Egipto, Firdaus lucha a lo largo de su infancia, buscando la compasión y el conocimiento en un mundo que le da muy poco de ambas cuestiones. A medida que crece, cada nueva relación le enseña una amarga pero liberadora verdad: las únicas personas libres son aquellas que no quieren nada, no temen nada y no esperan nada.
"Esta es la historia de Firdaus cuando estaba en la cárcel esperando la ejecución de su condena a muerte por matar a un proxeneta...
Esta es la historia de Firdaus narrada a Nawal El Saadawi, cuando la conoció pocas horas antes de ser ejecutada...
Esta es una historia dura, fuerte y transformada en un pequeño libro que te atrapa y no te permite soltarlo hasta llegar a su última página...
Esta es la historia de una mujer hecha a sí misma, a la que la vida y los hombres que la dirigen la golpearon y a la que le quitaron el derecho a ser feliz...
Esta es una historia real, tristemente real...
Este es un libro que tras su publicación (en Egipto no se pudo publicar) se dijo de él que no se podía considerar literatura y que fomentaba el vicio y la prostitución...
Este es un libro difícil de digerir, de esos que no dejan indiferente a nadie y que denuncia, con su terrible relato, la violencia y el abuso hacia la mujer y que te invita a luchar por la libertad y la igualdad, rompiendo muros, derribando las barreras de una sociedad opresiva con las mujeres".
Memorias de una joven doctora (1958)
Nawal El Saadawi, una de las grandes protagonistas de la política, la literatura y la medicina en el Egipto contemporáneo, nos ofrece el relato de sus primeros años consagrados a la medicina y sus desastrosas experiencias matrimoniales. Combativa, apasionada y lúcida, Nawal sufrió, como tantas mujeres en la época, una doble represión, religiosa y colonial, pero supo sobreponerse y plantar cara, aunque ello hubiera de costarle el empleo e incluso la cárcel.
La cara desnuda de la mujer árabe (1974)
Nawal El Saadawi es la principal feminista árabe y la primera en denunciar en sus libros la castración de las mujeres. A pesar del tiempo transcurrido desde la primera redacción de este libro, la situación de la mujer árabe sigue siendo desfavorable y las causas cada vez más complejas
La cara oculta de Eva (1977)
Un clásico de la literatura árabe moderna que denuncia la opresión que sufren las mujeres en el mundo islámico, donde Nawal El Saadawi relata de manera impactante la violencia y la injusticia que se ha extendido en la sociedad en la que vive. Su experiencia como médico rural en distintas zonas de Egipto, como testigo de la prostitución, de los asesinatos por razones de honor y de los abusos sexuales, además de la ablación, que ella misma sufrió de niña, la impulsaron a dar testimonio de todo este sufrimiento.
Memorias de la cárcel de mujeres (1983)
El 6 de septiembre de 1981 la policía irrumpía en casa de Nawal Al Saadawi y la arrestaba por la fuerza. Su delito, expresarse con libertad y denunciar los errores que cometía el gobierno de su país con el presidente Sadat a la cabeza. Este libro es un increíble relato acerca de las experiencias vividas por la autora durante los meses que estuvo prisionera en la cárcel de mujeres de Las Presas de El Cairo.
La caída del imán (1987)
Obra maestra de la narrativa árabe actual, que no sólo constituye un testimonio humano excepcional, sino una insólita y bellísima pieza literaria de gran envergadura. En palabras de Doris Lessing, "le relato trata de las mujeres que sufren la áspera dominación islámica, pero podrían ser mujeres de cualquier lugar en el que haya crueldad y malos tratos. Es una novela diferente de todas las que he leído, es más un poema o una balada doliente, con una cualidad hipnótica que le imprime su lenguaje rítmico y acerbo, en el que describe el mismo hecho una y otra vez: una mujer a la que dan muerte, en nombre de la religión, los hombres que han abusado de ella".