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viernes, 25 de julio de 2025

Los nombres de Feliza


El 8 de enero de 1982, la escultora colombiana Feliza Bursztyn murió en un restaurante de París. Tenía cuarenta y ocho años. En el momento de su muerte repentina la acompañaban su marido y cuatro amigos. Uno de ellos, el escritor Gabriel García Márquez, publicó días después un artículo que incluía tres palabras en apariencia simples, pero misteriosas en el fondo: «Murió de tristeza».
Juan Gabriel Vásquez parte de esas palabras para investigar en la vida secreta o desconocida de una mujer extraordinaria. Feliza Bursztyn se enfrentó siempre a la sociedad en la que le tocó vivir. Hija de una pareja de judíos expatriados en Colombia, artista revolucionaria en un tiempo de revoluciones políticas, mujer de espíritu libre en un mundo que desconfiaba de la libertad de las mujeres, llevó una existencia que puso en escena las grandes tensiones del siglo XX y, sobre todo, el deseo de ser dueña de sí misma.

"Hay novelas que llegan casi sin avisar y te atrapan por la fuerza de una gran voz narrativa y eso es lo que me ha pasado a mí con Los nombres de Feliza, una biografía novelada que da vida a una figura hasta ahora desconocida para mí: la escultora colombiana Feliza Burzstyn. Gracias a la mirada atenta y sensible de Juan Gabriel Vásquez, he descubierto a una artista poderosa, incómoda, rebelde, adelantada a su tiempo y profundamente coherente con su obra y su vida.
Lo que más me ha gustado de este libro es cómo está escrito: con precisión narrativa, la forma que tiene el autor de manejar los tiempos, de moverse entre pasado y presente sin perder profundidad ni ritmo. Feliza se nos presenta como una mujer compleja, libre y provocadora, que rompió las ataduras impuestas por su época, por la sociedad patriarcal, por el medio artístico, por su familia e incluso por su comunidad judía y a mí personalmente, me ha enamorado justo esa personalidad que no ha hecho otra cosa que motivarme a seguir investigando más sobre la artista colombiana.
Más allá de Feliza, el libro es también un retrato de Colombia: su historia reciente, su clima cultural, sus violencias, sus luces... sus sombras. Es una mezcla de biografía, ensayo artístico y crónica política, un mosaico de nombres, de voces, de escenas, que dan forma a una historia rica, densa, pero contada con claridad y belleza poética. La escultura hecha con chatarra, los talleres, el exilio, la enfermedad, las cartas, las entrevistas: todo compone un rompecabezas que Vásquez arma con delicadeza y respeto.
Me ha fascinado cómo el autor se permite imaginar sin traicionar la memoria, cómo Feliza, a través de sus palabras, parece hablarnos de frente, como si no fuera una figura del pasado sino alguien que todavía sigue interrogando al mundo y realmente, la he sentido muy viva entre las páginas de este libro. Y al final, siento que lo que ha hecho Juan Gabriel Vásquez es más que un homenaje: es un acto de justicia literaria al rescatar una vida y convertirla en una novela imprescindible".










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